Primero la niñez dulce y serena,
sin inquietud ni pena,
resbalando entre juegos y sonrisas:
¡puro y naciente albor, fresco capullo,
indescifrable arrullo
de hojas y ramas, pájaros y brisas!
Mercedes de Velilla.
Francia, 1871. Georges Bizet tiene 33 años y en su mente, la nostalgia se abre paso... Va a ser padre y le invaden recuerdos de los juegos de su infancia. En esta situación, empieza a componer sus "Jeux d’enfants", "Juego de niños", obra escrita originalmente para piano a cuatro manos, dedicada a las señoritas Marguerite de Beaulieu y Fanny Gouin y que fue publicada de inmediato por el editor Durand.
El mismo título de la obra explicita su programa: la descripción de una docena de juegos infantiles a través de una amplia gama de recursos musicales.
Juego de niños, Op.22
Katia y Marielle Labèque, piano.
El parámetro rítmico, combinado con un perfil melódico apropiado, desempeñan en esta obra un papel central y nos ayuda a visionar lo que Bizet nos relata con sus piezas: el suave balanceo del columpio sugerido por el despliegue pausado de acordes (“L’escarpolette”); el movimiento obstinado casi circular de una peonza (“La toupie”); la melodía sencilla e ingenua de una canción de cuna para una muñeca (“Le poupée”); el galopar vivo de los caballos de madera (“Le chevaux debois”); los movimiento de vaivén del volador (Le volant”); el aire ligeramente marcial de las trompetas y los redobles de tambor (“Trompette et tambour”); el vuelo ligero e inestable de unas pompas de jabón (“Les bulles de savon”); el correr travieso y espontáneo de unos niños jugando a las cuatro esquinas (“Les quatre coins”); el buscar algo atolondrado en la oscuridad de la gallinita ciega (“Colin-Maillard”); un diálogo vivo y animado entre dos personajes locuaces (“Saute-Mouton”); el juego tierno de los niños que se imaginan adultos(“Petit mari, petite femme”); y el galope divertido que sirve de conclusión feliz y desenfadada de la obra (“Le bal”).
Juego de niños, Op.22
Royal Concertgebouw Orchestra.
Bernard Haitink, director.
"Juego de niños" está considerada como una de las obras cumbres del piano a cuatro manos y, poco después de su estreno, el propio compositor llevó a cabo una orquestación de una selección de sus piezas, práctica que después continuarían otros compositores.
Terminada la composición, pocos meses después, Bizet se convertiría en padre de un niño al que pusieron por nombre Jacques. Tan sólo cuatro años más tarde, en la madrugada del 3 de junio de 1875, fallecería nuestro amado compositor.
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