Continúo con la entrada dedicada a los nocturnos de Chopin. Turno ahora para los tres nocturnos de su opus 15. Los dos primeros de ellos son contemporáneos de los Op. 9 y por lo tanto datan de 1830-31. El último de la serie es de 1833, año en el que se publicaron conjuntamente los tres.
Dedicados a su amigo el músico Ferdinand Hiller, el editor inglés los apodó como los céfiros.
Nocturnos Op. 15
Vladímir Áshkenazy, piano.
El primero, escrito en Fa mayor, establece un fuerte contraste entre sus partes extremas, lentas y dulces, y el episodio central que es tratado de manera muy fogosa. Su forma es ternaria simple, A-B-A, como la mayoría de los nocturnos.
Fa sostenido mayor es la tonalidad elegida para el segundo de los nocturnos de esta serie. Posee un carácter intimista y una gracilidad de bailarina...
El tercero de los nocturnos está escrito en Sol menor y compás de 3/4 . El propio Chopin anotó en el manuscrito: "Después de una representación de Hamlet". Tras una rememoración de la mazurca, desemboca en un pasaje religioso escrito como un coral a cuatro partes. Muy notables son los contrastes en la dinámica, pasando de fortissimo a pianissimo.
Nocturnos Op. 15
Arthur Rubinstein, piano.
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