"Muchas veces he tenido más problemas con ellas (refiriéndose a la composición de sus pequeñas obras para piano) que con una sinfonía o un concierto. Al escribir para orquesta, la variedad de los colores instrumentales me dan muchas más ideas diferentes y efectos, pero cuando escribo una pequeña pieza para piano estoy a merced de mi idea temática que tiene que ser presentada concisa y sin digresión".
Quien así se expresa es Serguéi Rajmáninov. El músico dotado excepcionalmente para el piano. El Maestro cuyas manos eran capaces de conquistar cualquier dificultad técnica.
Rajmáninov compuso para el piano muchas más piezas que para cualquier otro instrumento. Por lo que se refiere a sus pequeñas piezas nos encontramos, entre otras, con las dos series de preludios que datan de 1903, la serie de su Op. 23; y de 1910 la de su Op. 32. Estos dos ciclos conservan el carácter virtuoso, como lo hicieran en su día los preludios de Chopin.
La primera de las dos series, completada tras la boda con su prima Natalia Aleksándrovna Sátina, consta de 10 números. En ellos predomina la forma tripartita. Los números 1, 4 , 6 y 10, tienen un marcado carácter lírico, mientras que en los números 2, 7, 8 y 9, se imponen el virtuosismo y las texturas escalísticas.
Preludios, Op. 23
Vladímir Áshkenazy, piano.
En la colección del Op. 32 nos encontramos con un estilo más dramático y enérgico. Puro Rajmáninov. Cambios, casi súbitos, de carácter dentro de una misma pieza y más colorido ruso. Los trece preludios de esta serie se abren con un enérgico Do mayor, seguido de un ritmo siciliano muy suave del segundo preludio en Si bemol menor. Los siguientes preludios, como los compuestos en las tonalidades de Mi mayor y Mi menor, también siguen esta alternación de caracteres pasionales y dramáticos, optimistas y melancólicos.
Preludios, Op. 32
Borís BerezovsKi, piano.
Disfrutemos con estas pequeñas obras apasionadas, donde la enorme brillantez de Rajmáninov se vuelca, consiguiendo atraparnos y embebernos con sus avasalladoras melodías plenas de intensidad; alternando en ellas, nostalgias, dulzuras y pasiones. En fin, romanticismo puro, virtuosismo y melodismo elevado al grado más extremo de belleza.
Hay un vídeo, dejo aquí el enlace, en el que el famoso pianista Emil Gilels interpreta el preludio en Sol menor, Op. 23, nº 5 de Rajmáninov en un frente durante la Segunda Guerra Mundial. El narrador comenta en ruso: "Gilels está tocando en el frente, para recordarnos por lo que merece la pena luchar: ¡la música inmortal!.
Borís BerezovsKi (Moscú, 04 de enero de 1969 - ).
Borís BerezovsKi (Moscú, 04 de enero de 1969 - ).
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