Salmo CXXIV:
Los que ponen en el Señor su confianza estarán firmes como el monte de Sion: nunca jamás sera derrocado el morador.
Circuida está Jerusalén de montes, y el Señor es el antemural de su pueblo desde ahora y para siempre.
Porque no dejará el Señor sujeto por largo tiempo al dominio de los pecadores el linaje de los justos; para que agobiados no se echen al partido de la iniquidad.
Bendice, oh Señor, a los buenos, y a los rectos de corazón.
Una adaptación de Lutero de este Salmo, es el texto utilizado por Bach para la que, probablemente, sea la última Cantata que compuso. Estrenada en Santo Tomás de Leipzig el 30 de enero de 1735, en el Evangelio del día, se nos narra como Jesús calma la tempestad, siendo su relación con el Salmo evidente: sólo la protección de Dios puede librarnos del desastre. Su traducción en sonidos sigue un estilo severo, cercano al desarrollado por Bach en sus obras postreras.
La obra está escrita para soprano, tenor, bajo y coro; corno da caccia, dos oboes, cuerdas y continuo, constando de cinco movimientos: coro, aria para soprano, recitativo para tenor, aria para bajo y coral.
Cantata BWV 14
"Si Dios no hubiese estado entonces con nosotros"
Bach-Collegium Stuttgart.
Helmuth Rilling, director.
Helmuth Rilling, director.
El coro inicial es inmenso, un motete "concertato" a cuatro voces, con una quinta voz instrumental, confiada conjuntamente a un corno da caccia y dos oboes.
El aria de la soprano, realzada por el corno, contradice el sentido de las palabras de Lutero "No basta nuestra fuerza para vencer al enemigo".
En el aria destinada al bajo, acompañada por los oboes y el continuo, se eleva un canto de reconocimiento a la protección divina.
Pero será en el coral que concluye la cantata, con el concurso de todas las voces y todos los instrumentos, donde se va a manifestar la certeza gozosa de la victoria.
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