Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! ..., que dijera el poeta Rubén Darío.
El 08 de diciembre de 1885 se estrena el Cuarteto para piano en Do menor Op. 13 de Richard Strauss. Obra de juventud en la que, con 21 años de edad, Strauss explora la gran forma tradicional para así poder dominarla y, posteriormente, aventurarse por otros caminos musicales.
En 1882, Richard Strauss ingresó en la Universidad de Múnich para cursar estudios de Estética, Filosofía e Historia del Arte. Un año después, sus pasos se encaminan a Berlín, donde un Hans von Bülow fuertemente impresionado por la Serenata para instrumentos de viento compuesta por Strauss a los 16 años, le ofrece un puesto como director asistente. Strauss aprende el arte de la dirección de orquesta observando a su maestro Bülow en los ensayos.
En este contexto, emprende Strauss la composición de su Cuarteto con piano, posiblemente su obra más ambiciosa y con la que ya va a emprender su despegue profesional.
Cuarteto para Piano en Do menor, Op. 13
Vienna Philharmonia Quintet.
El Cuarteto comienza con un "Allegro" muy elaborado y tempestuoso, logrando alcanzar una temperatura muy elevada...
Le sigue un "Scherzo" que nos recuerda a la música de Schumann; eso si, con una figura en el piano ya decididamente "straussiana" y compuesto por una estructura clásica y un breve trío.
En el "Andante" ya podemos apreciar la auténtica originalidad de Strauss; muy lírico, la melodía en este maravilloso movimiento pasa del piano a las cuerdas a la manera de Brahms; siendo el segundo tema, de nuevo, de carácter "scherzante".
En el "Finale: Vivace", otra vez nos rememora a Schuman en el ritmo y en el juego de las síncopas, poseyendo la pasión y el entusiasmo de quien es ya sabedor de lo que puede atreverse.
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