Los dos nocturnos del Op. 48 fueron escritos por Chopin en 1841. También coincide esta fecha con la de su publicación. Ambos estan dedicados a Laure Duperré, hija del almirante Victor-Guy Duperré y una de sus alumnas preferidas. El primero de ellos, compuesto en la tonalidad de do menor, es una obra grandiosa, erigiéndose de entre todos los nocturnos en uno de los más amplios y dramáticos. Según Kleczynski, Chopin se propuso representar la contrición del pecador, describiendo en la primera parte las acusaciones de la conciencia y escuchándose, en la parte más lenta, el sonido de las arpas angélicas que pulsan un himno de esperanza, para pasar a una última lucha entre la vida y la muerte, y, en fin, en el dibujo ascendente del antepenúltimo compás representar el tránsito del alma a la morada eterna.
Nocturnos Op. 48
Vladímir Áshkenazi, piano.
El segundo de los nocturnos de esta serie está escrito en la tonalidad de fa sostenido menor, siendo cálido y voluptuoso, relacionado quizá con la travesía marítima entre Mallorca y Marsella, que la Sand y Chopin acababan de realizar. Su parte más interesante es el “molto piu lento”, de holgada a la par que sobria declamación. Debe ejecutarse a modo de recitado. “Un tirano ordena, tal es la explicación gráfica que hiciera Chopin a Gutmann, y el otro pide clemencia”.
Nocturnos Op. 48
Arthur Rubinstein, piano.
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