24 nov 2016

La Voz Plena de Gracia

Alfredo Kraus
17 de enero de 1956. En el Teatro Real de El Cairo, un público enfervorecido, aclama la magistral interpretación del Duque de Mantua, personaje del melodrama verdiano "Rigoletto" que ha sido interpretado por un tenor español de nombre Alfredo Kraus Trujillo.
Pero la verdadera señal que marcaría el comienzo de la carrera histórica del Maestro, sería la que tuvo lugar en el Teatro San Carlos de Lisboa un inolvidable 27 de marzo de 1958. El que fuera prometedor alumno de Mercedes Llopart, aquel muchacho rubio de ojos azules nacido un 24 de noviembre de 1927 en las Palmas de Gran Canarias, comparecía en la función inaugural de 'La Traviata' para medirse al talento sin límites de "La Divina" María Callas. Fue todo un éxito.
La galería verdiana, tendrá de compañía a dos títulos de Bellini y siete de Donizetti que muestran a Kraus como el más grande tenor belcantista de su tiempo.
Werther y Manon, ambas de Massenet, grabadas bajo la dirección de Michel Plasson, son referencias absolutas en el terreno de la ópera francesa, en el que Kraus también fue un maestro indiscutible.



La gran Giulietta Simionato, invitada en Chicago para la celebración de las bodas de plata de la Lyric Opera, había escuchado a Alfredo Kraus en el dúo de "Los Pescadores de Perlas", en el aria de Werther y en una representación completa de Fausto, declaró: " Hacía ya mucho tiempo que había dejado de creer en la perfección. Pero lo que escuché a Kraus en Chicago me hizo pensar que la perfección sí existe en algún caso rarísimo".
El prestigioso Gianandrea Gavazzeni, que fue durante muchos años director de la Scala de Milán, ratificó en 1990: "He seguido prácticamente toda su evolución técnica e interpretativa y mantengo hoy que Alfredo Kraus ha de considerarse un máximo Maestro en lo que conocemos por Arte Vocal del Novecientos. Diré que por sus características se destaca de sus colegas por su gran nivel y calidad, es un fenómeno que ya está en la Historia del Arte Vocal y de la escena operística de estos últimos 40 años. Kraus es Kraus y no puede comparársele con otro".
Su filosofía del canto, basada en el más absoluto dominio de la voz, la técnica y el estilo, y la sabia elección del repertorio, permitieron a Alfredo Kraus alcanzar una longevidad vocal que no tiene parangón en la historia del género.
Como el Werther de Massenet, inmolado en la búsqueda inútil de Charlotte; como el Romeo de Gounod, postrado exánime ante el cuerpo de Julieta; o como el Edgardo de Donizetti, incapaz de sobrevivir y de sobreponerse al espectro de Lucia di Lammermoor, una enfermedad degenerativa, agudizada por la tristeza que le produjo la muerte de Rosa, su esposa y compañera del alma, truncó la vida del tenor canario un 10 de septiembre de 1999. Sirvan estas letras, junto a su música, para rendir humilde homenaje al tenor de la voz plena gracia.

4 nov 2016

Mendelssohn y la Sed de Dios

Cécile Jeanrenaud
28 de marzo de 1837. Felix Mendelssohn, de 27 años de edad, contrae matrimonio con Cécile Jeanrenaud, hija de un clérigo protestante francés. Durante su luna de miel, Mendelssohn compone la que, en palabras de Robert Schumann, es “su mejor obra religiosa”. Se trata del Salmo nº 42 Wie der Hirsch schreit (Como el ciervo brama). Del Salmo 42 existen, por lo menos, tres versiones con algunas variantes en algún caso: el motete compuesto por Palestrina, "Sicut cervus desiderat"; el Himno (Anthem) de Haendel, "As Pants the Hart" (HWV 251), del que se conocen hasta cinco versiones con distintas distribuciones (para órgano y coro, para orquesta y coro, instrumental); y la que nos ocupa, una composición que, curiosamente, coincide el número del Salmo con el del Opus de las obras del autor. Mendelssohn compuso esta obra para ser interpretada por solistas, coro mixto y orquesta y está basada en el Salmo 42 del Libro de los Salmos, siguiendo la traducción que del mismo efectuara Lutero. De los siete salmos que Mendelssohn compuso, es sin duda el más conocido. 
De vuelta de su viaje de bodas, ya en Leipzig, Mendelssohn añadió un coro a la obra inicial cuyas palabras "dem Preis sei Herrn, dem Gott de Israel" (Alabado sea el Señor, Dios de Israel) no forman parte del original. Esta primera versión fue estrenada en Leipzig el 01 de enero de 1838. Poco después, Mendelssohn todavía añadiría cuatro piezas más. La versión final se representó el 8 de febrero de 1838. 

Salmo 42 para solistas y coro, Op. 42_Wie der Hirsch schreit
Christina Landshamer, soprano. 
Radio Filharmonisch Orkest. Groot Omroepkoor.
Philippe Herreweghe, director.

La obra está dividida en siete movimientos. Tras el Coro inicial “Wie der Hirsch schreit”, llega el Aria “Meine Seele dürstet nach Gott” de la soprano, en diálogo con el oboe, un dúo que recuerda a la obra vocal de Bach, que con frecuencia hacía uso de esta combinación. El Recitativo sirve como puente hacia la segunda Aria de la soprano, acompañada en esta ocasión por las sopranos del coro. El carácter agitado del Recitativo/Aria en el cuarto tiempo contrasta con la entrada de las voces masculinas con la pregunta “Was betrübst du dich, meine Seele?” y la posterior respuesta del coro “Harre auf Gott!”. Este breve momento de afirmación, sin embargo, es pronto interrumpido por la soprano, quién, en un segundo recitativo expresa una vez más la desesperación, la duda y el anhelo de Dios. El texto del Quinteto de voces “Der Herr hat des Tages verhei_en seine Güte” hace hincapié en la misericordia de Dios mientras que la soprano continúa expresando el temor y la duda. Al final del movimiento las voces masculinas y la soprano aúnan fuerzas, lo que implica la aceptación del alma turbada. El último Coro recupera el texto del cuarto movimiento, ahora en una extensa y afirmativa fuga.
Ferdinand Hiller, compositor y amigo de la infancia de Mendelssohn, destacó de la obra cuando se la mostró por primera vez, el profundo sentimiento reinante a través de toda ella, fruto de sus profundas creencias religiosas y de su absoluta sumisión a los designios de Dios.