22 abr 2019

Soledad Sonora

Andrés Isasi
La música callada, la soledad sonora… 
Estas estrofas, entresacadas del Canto Espiritual de Fray Juan de la Cruz, sirvan de pórtico para presentar al compositor que hoy nos ocupa, Andrés Isasi. 
Nacido en Bilbao un 28 de octubre de 1890, niño superdotado, quedó huérfano a temprana edad convirtiéndose su abuelo, el financiero Andrés Isasi Zulueta, en la persona encargada de costear sus estudios musicales. Recibió clases del pianista Miguel Unceta y se sabe que llegó a dominar el instrumento de manera magistral. 
En 1908 presentó por primera vez varias de sus composiciones en la sala de conciertos de la Sociedad Filarmónica de Bilbao. Ese mismo año, la casa Lazcano y Mar publicó cinco de sus obras y organizó dos "Conciertos Isasi".

El Pecado, Op. 10
Orquesta Sinfónica de Euskadi.
Enrique García Asencio, director.

Sería en 1909, tras haber finalizado sus estudios de Bachillerato, cuando viaje a Berlín para perfeccionar sus estudios. Llegó a ser discípulo predilecto de Humperdinck, músico que le va a mostrar el camino del wagnerismo. Los cinco años que pasó de formación en Alemania marcó hasta tal punto a Isasi en su producción musical, que sus notaciones musicales, aun estando en España, las realizaba en alemán. De aquellos años datan sus seis "Poemas Sinfónicos", una "Suite" para orquesta, un "Cuarteto" y un álbum de "Lieder" (colección de 14 lieder sobre textos del poeta alemán H. Heine). Sus obras fueron muy bien acogidas por el público alemán, coincidiendo los críticos en proclamar al joven maestro como "compositor de gran talento y con un conocimiento poco común de la orquestación".

Zharufa, Op. 12
Orquesta Sinfónica de Euskadi.
Enrique García Asencio, director. 

"Zharufa", sería la obra escogida para, animado por el triunfo de sus composiciones, presentar al Concurso Internacional de Poemas Sinfónicos de Malmö en Suecia, obteniendo el segundo premio; y en Budapest, obtendría su triunfo más importante con el estreno en 1930 de su obra el "Angelus", que fue emitida por la radio alcanzando un éxito clamoroso.
Con el inicio de la Primera Guerra Mundial regresó a Bilbao, casándose en 1916 con Inés de Olascoaga y durante los años siguientes compuso su Sonata Op. 25 para violín y piano, los cuartetos nº 2, 3, 4 y 5, el poema sinfónico Mendigos al sol, además de nuevos lieder y piezas para piano.​ En 1918 estrenó en el Teatro Odeón de Madrid (días después, en el Teatro Real) con la Orquesta Sinfónica de la capital y bajo la dirección de Enrique Fernández Arbós, su Segunda Sinfonía, su mayor éxito en España y al que asistió la reina María Cristina.

Cuarteto de Cuerdas nº 2, Op. 27
Cuarteto Isasi.

La guerra civil española lo recluyó en su palacete de Algorta, donde se dedicó a la composición, convirtiéndose en un músico prácticamente incomprendido. Sus recursos económicos le permitieron cultivar su arte ante la indiferencia de su entorno, sin necesidad de ganarse la vida con la música. Seguiría componiendo hasta su fallecimiento ocurrido en Getxo el 6 de abril de 1940, debido a una afección cardíaca.

5 abr 2019

Los Espejos de Ravel

Maurice Ravel
Esta obra desconcertó a cuantos estaban acostumbrados a mi anterior manera de componer.
Es la confesión de Maurice Ravel, referida a sus “Miroirs” (Espejos) (1904-1905). 
Estrenada por Ricardo Viñes en la Sala Erard de París el 6 de junio de 1908, esta suite de cinco piezas para piano abre una nueva etapa en la música de Ravel, rompiendo de plano con las anteriores ataduras académicas. Una bocanada de aire puro, lejos ya del formulismo escolástico y que va a resumir todos sus precedentes ensayos armónicos, sembrando un fecundo campo musical que va a florecer en los tres años posteriores, dentro de su producción. 
En Miroirs, Ravel sigue dentro de la línea virtuosística y de la técnica de Jeux d'eau. Cada una de los movimientos está dedicado a uno de sus amigos, cinco miembros del grupo artístico vanguardista "Les Apaches", grupo de jóvenes artistas con los que Ravel tuvo contacto en el año 1900.

"Miroirs"
Walter Wilhelm Gieseking, piano.

El primer número, Noctuelles ("Polillas"), está dedicado a Léon-Paul Fargue. Comienza con una serie cromática, que evoca el vuelo de estos animales nocturnos. La sección central es más calmada con melodías ricas y acordes. 
Oiseaux tristes ("Pájaros tristes"), dedicada a Ricardo Viñes, es la pieza más corta de la serie, donde se evoca a un pájaro solitario silbando una triste melodía, al que se le unen después otros pájaros, participando de una verdadera polifonía. "Los pájaros perdidos en un oscuro bosque durante las horas más calurosas del verano", en palabras del propio Ravel.

"Une barque sur l'océan"
Montreal Symphony Orchestra.
Charles Dutoit, director.

En el tercer número, Une barque sur l'océan ("Una barca en el océano"), escuchamos a un barco que navega sobre las olas del océano. Las secciones arpegiadas y las melodías imitan el fluido de las corrientes oceánicas. Está dedicada a Paul Sordes.

"Alborada del gracioso"
London Symphony Orchestra.
Claudio Abbado, director.

Es el turno de “Alborada del gracioso”. Danzas populares españolas en complejas melodías, con sugerencias de sones de guitarras, está dedicada a Michel-Dimitri Calvocoressi. 
La vallée des cloches ("El valle de las campanas"), es el último número de esta Suite. Dedicada a Maurice Delage, alumno que fuera de Ravel, el sonido de las campanas de una iglesia, nos transporta a un clima de ensueño a la vez místico y voluptuoso, mediante un sutil uso de armonías sonoras.
Dos de las piezas de la Suite, en concreto Une barque sur l'océan y la Alborada del gracioso serán orquestadas por el propio Ravel en 1906 y 1918 respectivamente.