15 feb 2017

Un Glinka muy español

Mijaíl Glinka
“A Madrid procura llegar el 22 de junio; la víspera de San Juan y de San Pedro todos los habitantes de Madrid acuden al Prado con guitarras y tambores y todos bailan hasta el amanecer”.
Esta es la recomendación que le hacía, años después de su salida de España, Mijaíl Glinka a su amigo Vasily Engelhardt.
Madrid. Primavera de 1845. Isabel II, apenas lleva dos años de reinado cuando Mijaíl Glinka, con 41 años de edad, visita la capital de España. En esta época, Liszt acaba de finalizar la extensa gira que le había llevado a lo largo de la península ibérica. Glinka, viene acompañado de un servidor de nombre Santiago Hernández, un español que ha contratado en París y que, en un principio, le había conducido hasta Valladolid, donde tenía algunos parientes.
Mijaíl, al igual que hiciera Liszt, pronto se acostumbra a la vida madrileña. Entusiasta del teatro, queda gratamente sorprendido de la enorme actividad que en ese campo se desarrolla en la capital del Reino. Eso sí, se encuentra algo desairado porque en el Madrid de entonces, impera el teatro lírico italiano, ese teatro que él había combatido en su Rusia natal, sabedor de que tal predominio va a suponer un auténtico inconveniente para que pueda desarrollarse en España una ópera nacional.
Cuando Mijaíl Glinka visita España, ya ha compuesto su "Ruslán y Ludmila", obra que le va a otorgar un puesto de honor en la historia de la ópera, así como "Una vida por el Zar".

1.- Jota Aragonesa. 2.- Recuerdos de una noche de verano en Madrid. 
3.- Kamarinskaya. 4.- Vals-Fantasía. 
5.- Chernomor's March. 6.- Danzas Orientales.
USSR State Symphony Orchestra.
Yevgueny Svetlánov, director.

Lo español le había atraído, incluso, antes de conocer nuestro país. En 1834 compuso una canción sobre un poema de Pushkin "Aquí estoy, Inesilla", calificada por él de “serenata española”. Tres años más tarde, en 1837, terminó la canción "El céfiro nocturno" sobre un poema de Pushkin que evoca a Sevilla, al río Guadalquivir y a una hermosa gitana; y en 1840, compone el bolero "Oh mi bella muchacha".
Glinka, aprendió bastante bien el idioma y, la inclinación que sentía por las cosas de España, le convenció de que no sería difícil hallar inspiración para componer piezas de mayor ambición sobre temas españoles. Así nace el "Capricho brillante sobre la Jota Aragonesa", también conocido como Obertura española nº 1 y "Recuerdos de una noche de verano en Madrid", ampliación, esta última de otra denominada "Recuerdos de Castilla". Glinka, también dejó una serie de apuntes de melodías populares españolas y un tema de “marcha” que luego utilizaría Balakirev en su Obertura sobre un tema de marcha español.
España quedaría pronto lejos para Glinka, tras su partida a finales del mes de mayo de 1847, pero siempre permanecería en su pensamiento. Aquellos dos años le habían proporcionado horas de felicidad inolvidables. En una carta enviada desde Madrid en julio de 1846 a su madre le contaría: “Me encuentro tan bien en España que parece que hubiera nacido aquí”.

Yevgueni Svetlánov
Yevgueny Svetlánov (Moscú, Rusia, 06 de septiembre de 1928 - Moscú, Rusia, 03 de mayo de 2002)

10 feb 2017

El Temperamento de Bach

“Para la práctica y el provecho de los jóvenes músicos deseosos de aprender y para el disfrute de quienes ya son diestros en este arte”. 
Esta intención pedagógica, plasmada por Johann Sebastian Bach en el primero de los dos libros de los que consta la colección de su "Clave bien temperado" (Das wohltemperierte Clavier), no debe ocultar el hecho de que esta serie de dípticos constituye un prodigio de técnica compositiva, invención musical y expresividad, representando un compendio de los estilos musicales de su época y de las maneras de conectar un preludio con una fuga, desde la oposición de carácter hasta la relación orgánica.
Si bien en torno a 1702, el clavecinista alemán Johann Caspar Ferdinand Fischer compuso su colección Ariadne Musica, que incluía 20 preludios y fugas, 19 en tonalidades diferentes y una en modo frigio, Bach sería el primer compositor en agrupar, en un mismo volumen, 24 preludios y fugas, escritas en su primer libro en 1722, y ocupar todas las tonalidades, mayores y menores (12 mayores y 12 menores), correspondientes a los 12 semitonos de la escala cromática, dejando plasmado así el beneficio de utilizar un instrumento “bien temperado”.


"El clave bien temperado"
Libro I_ BWV 846 a 857
Gustav Leonhardt, clave.

Hasta entonces los sistemas de afinación no permitían modular a tonalidades lejanas porque la afinación de las notas era desigual e incluso sonaban muy desafinados algunos intervalos. En un instrumento de afinación fija, como por ejemplo el clave, no se podía, claro está, corregir la afinación en el curso de la ejecución como podría hacerlo un violinista o un cantante. Para corregir estos problemas, había que ajustar algunos sonidos, es decir, temperarlos. No sabemos con exactitud qué tipo de temperamento utilizaba Bach, quien afinaba personalmente sus propios instrumentos, pero su sistema, que todavía no era el temperamento igual, le permitía modular de manera satisfactoria en todas las tonalidades.
"Das wohltemperierte Clavier", normalmente traducido como "El clave bien temperado", donde la palabra Clavier, designaba en tiempos de Bach a un instrumento de teclado, bien sea el clave, clavicordio u órgano, se compone de dos libros, el primero de ellos terminado en 1722 y el segundo en torno a 1744. Cada libro contiene 24 preludios y fugas en cada una de las tonalidades con sus respectivos modos, mayor y menor, ordenados por semitonos ascendentes a partir de Do mayor.


"El clave bien temperado"
Preludio y Fuga 1 y 2
Glenn Gould, piano.


He escogido, para acompañar esta pequeña narración, dos interpretaciones que representan, para mí, dos referentes en la manera de alumbrar a esta obra maravillosa. La grabación de Gustav Leonhardt, lectura rigurosa al clave que hace hablar a la música con una gran elocuencia y nitidez de texturas. Y la visión al piano, plena de abstracción y belleza, de un Glenn Gould "tocado" por la divinidad. 
Chopin, rendiría homenaje a Bach escribiendo sus 24 Preludios Op. 28 en todas las tonalidades mayores y menores. Los demás compositores mantendrán todos el número 24, en el caso de Rajmáninov sumando los Preludios Op. 3 nº 2, Op. 23 y Op. 32 y, con excepción de Debussy, la utilización de las 24 tonalidades.
Loado sea por siempre Johann Sebastian Bach.

7 feb 2017

Diario Romántico

Fanny Mendelssohn
“Celebramos mi cumpleaños… Félix me ha regalado una canción sin palabras para mi álbum”. 
Esta pequeña reseña, que Fanny Mendelssohn hace en su diario, sirve para titular las que, en un principio, aparecieran editadas bajo el nombre de “Melodies for the Pianoforte” y que, a partir de entonces, serían conocidas como “Romanzas sin palabras”. Esta obra ocupará durante más de 15 años a Felix Mendelssohn en su composición, concretamente los años que van desde 1838 hasta 1845.


17 Lieder ohne Worte 
Walter Gieseking, piano.

Como pianista, Mendelssohn representa el estilo clásico puro. Nada que ver con los efectistas “truenos románticos” de Liszt o los delicados efectos cromáticos del estilo Chopiniano. Su música es cristalina como el agua pura, elegante, precisa, lógica y con escaso empleo del pedal. Y, al igual que Schubert, recordemos sus “Momentos Musicales”, el mencionado Chopin, y Schuman entre otros, forma parte de esa primera generación romántica que va a cultivar la “pequeña forma”, aprovechando las posibilidades sonoras que ofrece el piano romántico. Se tratan de piezas que evitan, a base de sencillez y brevedad, los extensos desarrollos de la forma sonata y en las cuales, el efecto del pedal, crea una sonoridad más envolvente que enmascara el curso de las voces.


Lieder ohne Worte
Daniel Barenboim, piano.

Los Lieder ohne Worte, “Romanzas sin palabras”, cuyo modelo es el lied, con sus melodías sencillas y sin los ornamentos típicos del “bel canto” italiano, son pequeñas piezas para piano con las que Mendelssohn formará ocho colecciones de seis piezas cada una, la mayoría de las cuales, adoptan la estructura ternaria ABA, pudiendo incluir un preludio y/o un postludio que les sirve de marco estructural. Para Mendelssohn, estas “canciones” eran una manera de despertar y traducir unos sentimientos que no pueden ser expresados con palabras.
Deleitémonos con este “diario romántico” del Mendelssohn más intimista que, con su sabiduría, consigue hacer que el piano cante.


Walter Gieseking
Walter Gieseking (Lyon, Francia, 05 de noviembre de 1895 - Londres, Reino Unido, 26 de octubre de 1956).