“Todo aquí parece tan duro y vigoroso, envuelto a medias en neblina o humo o bruma. Además, hubo una competición de gaitas. Muchos montañeses llegaron de la iglesia vestidos con sus trajes típicos, llevaban victoriosamente a sus enamoradas con sus trajes domingueros y miraban magníficos y con aire de importancia al mundo, desde arriba. Con largas barbas rojas, mantos de tartán, gorras y plumas, las rodillas desnudas y sus gaitas en la mano, pasaron tranquilamente de largo por el castillo en ruinas que se halla en la pradera, donde María Estuardo vivió con esplendor y vio el asesinato de Rizzio. Siento como si el tiempo corriera muy velozmente cuando tengo ante mí tanto de lo que fue y tanto de lo que es... Hoy, a la hora del crepúsculo, fuimos al palacio donde vivió y amó la reina María. La capilla junto a él actualmente ha perdido su techo, está cubierta de césped y de hiedra y, en el altar roto, María fue coronada reina de Escocia. Todo está en ruinas, deteriorado y abierto al cielo. Creo que he encontrado aquí hoy el comienzo de mi Sinfonía Escocesa”.
Esta carta, escrita desde Edinburgo el 30 de julio de 1829 por Felix Mendelssohn a su familia, refleja la honda impresión que le causó el viaje que, en ese mismo año, hizo a Escocia. Todas esas sensaciones quedaron reflejadas en dos de sus obras: La Obertura “las Hébridas”, también conocida como “La Gruta de Fingal” y la obra que hoy nos ocupa, la Sinfonía Escocesa.
Comenzada en 1830, fue concluida en 1842 y estrenada en la Gewandhaus de Leipzig, dirigida por el propio Mendelssohn, el 03 de marzo de ese mismo año.
Sinfonía n.º 3 en La menor, Op. 56_Sinfonía Escocesa
1.- Andante con moto-Allegro un poco agitato.
2.- Vivace non troppo. 3.- Adagio.
4.- Allegro vivacissimo-Allegro maestoso assai.
London Symphony Orchestra.
Claudio Abbado, director.
El primer movimiento, "Andante con moto – Allegro un poco agitato", comienza con un pasaje lento que, conducido por las violas y el oboe, define un clima sombrío, oscuro y brumoso. En su sección rápida, irá aclarándose, por medio de la cuerda que entra en pianissimo, dando paso a un segundo tema de carácter cantabile, cálido y lírico.
El segundo movimiento, "Vivace non troppo", recuerda el carácter del folclore escocés y las sonoridades del pibroch, una especie de gaita escocesa que ejecuta el clarinete acompañado por la cuerda en staccato. Una mezcla de color que cambia, de manera vertiginosa a través de una virtuosística escritura para la madera y las cuerdas.
El "Adagio" que continua, es hermosísimo. Los violines, exponen y desarrollan una larga melodía, bajo un fondo marcado por el pizzicato de las cuerdas graves y las llamadas lejanas de las trompas. Según Mendelssohn, la inspiración le vino dada al contemplar las ruinas de Holyrood, la que fuera desdichada residencia de la reina María Estuardo.
Finaliza la obra con un "Allegro vivacísimo – Allegro maestoso assai", de marcado acento guerrero y heroico. Un recuerdo al comienzo del primer movimiento y un coral a cargo de la trompa con la que, añadiéndose el resto de la orquesta, en un efecto creciente, culmina triunfal y grandiosamente la obra.
Dejémonos envolver por la especial melancolía que sintió Mendelssohn al visitar las ruinas de la capilla de Holyrood. Escuchemos esta perfecta acuarela musical, dibujada, de manera exquisita y luminosa, por este genio de la belleza.
Claudio Abbado (Milán, 26 de junio de 1933 - Bolonia, 20 de enero de 2014)
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