"Lector, ya seas profesor o simple diletante, no esperes encontrar profundas enseñanzas en estas composiciones, sino más bien un ingenioso juego artístico destinado a familiarizarte con la majestad del clavicémbalo. No han sido motivos de interés o ambición, sino de obediencia los que me han llevado a su publicación. Es posible que te resulten agradables; si así sucede, estaría aún más feliz de cumplir sucesivos encargos, para complacerte en un estilo más fácil y variado. Por eso muéstrate más humano que crítico y así aumentarás tu propio placer. En cuanto a la posición de las manos, te aviso que la letra D indica la mano derecha, y la M la izquierda. Vive feliz".
Así se expresaba Domenico Scarlatti, en el breve prefacio, absolutamente delicioso, de sus "Essercizi per Gravicémbalo", compilación de sus primeras treinta sonatas, según el catálogo de Kirkpatrick; y que dedicó al Rey Joáo V como agradecimiento a que fuera nombrado, en 1738, Caballero de la Orden de Santiago.
Nacido en el Nápoles «español» de 1685 y habiendo pasado los últimos treinta y siete años de su vida en la Península Ibérica, primero en Lisboa y luego en Madrid, donde murió, Doménico Scarlatti es figura de primer orden en la historia de la música europea y, con mucha más razón, en la historia de la música española.
En España, Scarlatti solamente escribió música para tecla, a excepción de una Salve Regina para soprano y cuerdas, considerada como su última obra.
Sonatas para Clave
Scott Ross, clave
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