"No hay en Babi Yar, sobre tantas y tantas tumbas/ Más monumento que este triste barranco./ Tengo miedo... ¿Qué peso cae aquí sobre mis hombros?/ Oh, pueblo judío, en verdad, tengo de pronto tu edad".
Este poema de Yevgeni Yevtushenko, joven poeta nacido en Siberia que llegó a ser una parte importante en el movimiento aperturista de los primeros sesenta en la URSS, donde refleja el olvido de la masacre ocurrida en Kiev en el año 1941, sirve de base a Dmitri Schostakóvich para componer su Sinfonía número 13.
Cinco días más tarde de la toma de Kiev por las tropas alemanas, el 24 de septiembre de 1941 una serie de violentas explosiones destruyeron, entre otros edificios, el hotel donde se había instalado el cuartel general del ejército alemán. Aunque el ataque había sido ejecutado por la policía política soviética, la NKVD, los dirigentes alemanes deciden dirigir su represalia contra los judíos de la ciudad. El 28 de septiembre se convoca, por medio de avisos, a todos los judíos de Kiev para presentarse a las 8 de la mañana del día 29 con toda su documentación, dinero y objetos de valor, con la advertencia de que quien no cumpla esta orden será ejecutado. Unos 30.000 obedecieron pensando que serían deportados a otro lugar, pero en lugar de eso fueron encaminados al cercano barranco de Babi Yar y una vez allí hombres, mujeres y niños, despojados de sus bienes y sus ropas, fueron obligados a caminar en fila hasta una depresión del barranco donde acabaron fusilados. Otros, horrorizados, fueron obligados a tumbarse encima de los recién abatidos para ser ametrallados.
La Sinfonía fue estrenada en Moscú, el 18 de diciembre de 1962, por la Orquesta Filarmónica de Moscú y el grupo de bajos de los coros Estatales de la República y del Instituto Gnessin, dirigidos por Kirill Kondrashin y con Vitali Gromadsky como solista.
Sinfonía nº 13 en Si bemol menor, Op. 113_Babi Yar
1.- Babi Yar: Adagio. 2.- Humor: Allegretto. 3.- In the Store: Adagio.
4.- Fears: Adagio. 5.- A Career: Allegretto
Sergei Aleksashkin, bajo.
The Choral Academy Moscow. WDR Sinfonieorchester.
Rudolf Barshai, director.
Como escribió Shostakovich al joven compositor Edison Denisov: «Cuando leí Babi Yar, quedé atónito. Yo y millares de personas. Muchos habíamos oído hablar sobre la matanza, pero el poema de Yevtusenko nos hizo tomar verdadera consciencia de ello. Ellos habían tratado de destruir la memoria de Babi Yar, primero los alemanes y luego el gobierno de Ucrania. Pero después del poema de Yevtusenko estaba claro que ya no serían nunca olvidados. Este es el poder del arte».
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