Théophile Gautier acaba de publicar su poema titulado "La Comedia de la Muerte". Corre el año de 1838 y el deseo del famoso poeta francés es que, alguna vez, pongan música a su obra. De todos los compositores que abordan el texto, Bizet, Duparc y Fauré, será finalmente su amigo Hector Berlioz quien mejor entenderá su significado, la intención buscada con ella y su sonoridad.
Les nuits d'eté, Las noches de estío, título escogido por el propio compositor, además de utilizar algunos fragmentos independientes del poema de Gautier, a su vez, Berlioz elige para su composición, una colección de melodías de Donizetti, Les Nuits d’été à Pausilipe, que había popularizado Liszt al transcribirlas para el piano. El ciclo de estas noches de Berlioz, que fue terminado en 1856, consta de seis canciones, dedicadas cada una de ellas a un determinado registro vocal, con lo que varía su tesitura original al ser interpretadas habitualmente por una cantante femenina, ajustándose a la transposición necesaria.
Villanelle es una canción estrófica basada en el poema de “Villanella ritmique”, donde la melodía aparece y desaparece aparentando su continuidad. El anuncio de la primavera, nos muestra, nada más comenzar el ciclo, la capacidad de Berlioz en el manejo de una simple melodía. Como la cuarta y sexta canción, está escrita para mezzosoprano o tenor.
Le spectre de la rose, el espectro de la rosa, es un “Adagio” evocador. Romeo y Julieta, se aman. La esencia de la rosa es el símbolo del verdadero amor que Berlioz traduce con profunda intensidad, originalmente para voz de contralto.
En Sur les lagunes, en las lagunas, un barquero condenado a navegar por una maldición, viaja a la deriva, a través de aguas pantanosas sin rumbo ni destino. Canta solitario y lleno de angustia. La melodía, subtitulada “Lamento”, fue compuesta cuando el primer matrimonio del autor con Harriet Smithson se aproximaba a su final. Está escrita para mezzo, contralto o barítono indistintamente.
Les nuits d'été, Op. 7
Janet Baker, mezzo soprano. London Philharmonic Orchestra.
Carlo Maria Giulini, director.
Absence, ausencia, se sostiene en tres cuartetas de Gautier, creando una especie de estribillo con la repetición del primer verso. Una tranquila y expresiva línea melódica en “Adagio” evoca el mundo de los muertos desde un ambiente misterioso que prepara la atmósfera del poema siguiente.
Nos adentramos en Au cimetière, en el cementerio, “Sobre las alas de la música”, dice el poema de Gautier; y en esa especie de tiempo suspendido, surge una melodía como una sombra, como el ángel melancólico de la muerte sobre el crepúsculo...
L’île inconnue, la isla desconocida, es una barcarola en aire de “Andantino non troppo”, Berlioz expresa la frustración final de quien busca el amor verdadero y no lo encuentra en este mundo. Como dice el texto, ni en el Pacífico, ni en el Báltico, ni en todos los mares de la tierra hallaremos ese lugar donde el amor sea posible. La melodía, anhelante y segura, busca y pregunta hasta su desvanecimiento...
Las noches de estío, consagrarían a Berlioz como uno de los compositores, en este género, más importante de la historia de la música junto a Wagner, Mahler, Strauss o Schöenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.