En el primero, segundo y último de sus seis movimientos, el anónimo libretista emplea, textualmente, las estrofas una, dos y dieciocho del himno. Pero no es éste, el único material utilizado por el compositor, ya que en el primer coro, hace cantar a los bajos (a los que duplica un trombón) la melodía O Jesu Christ, meins Lebens Licht (1630) del poeta y autor de himnos Joseph Clauder, lo que demuestra un conocimiento a ras de suelo por parte de Bach del entramado educativo alemán.
El coro inicial es un vivo lamento, enmarcado entre breves partes instrumentales a modo de preludio y postludio. Entre los movimientos basados en corales, es éste uno de los más expresivos que Bach escribiera. En el primer recitativo, se ensaya una fórmula híbrida con un sobrio coral a cuatro voces, de igual modo que la segunda de las arias es en realidad un dúo para soprano y contralto. La primera aria, para bajo, ofrece un acompañamiento en ostinato del bajo continuo. El coral conclusivo, es la última estrofa del himno de Moller, “Conserva mi corazón en la pureza de la fe…”
Cantata BWV 3_Ach Gott, wie manches Herzeleid
Wiener Sängerknaben & Chorus Viennensis
Concentus Musicus Wien.
Nikolaus Harnoncourt, director.
Como en otras cantatas, se pasa de la aflicción más absoluta, a la alegría desbordante, quizá, porque para el autor del libreto, la lectura Evangélica de la conversión del agua en vino, simboliza el cambio de la condición humana a la divina.
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